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EL RINCÓN DE MIS PENSAMIENTOS

LOS SENTIMIENTOS Y LA FORMA EN LA QUE NOS DAN LA SILUETA

Es curioso como se puede pasar por diversos estados de ánimo a lo largo del día, tan pronto te encuentras en la más infinita felicidad, como te descubres una lágrima en el ojo que cae tímidamente por el rostro. Pasamos del blanco al negro, no hay término medio, será la montaña rusa de las sensaciones, de los sentimientos…que se acogen al mas mínimo acto para descubrirse. En realidad, todos están esperando ahí abajo para de repente poder salir como si de unos fuegos artificiales  se tratara.

Me gusta guiarme por lo que siento, y hacer lo que me dictan en cierta manera, pero en ocasiones, creo que no es lo mas adecuado, o ¿tal vez si? ¿Nos podemos guiar siempre por lo que nos apetece, sin planes de futuro, vivir el presente sin preocuparnos de lo que pueda venir? Es curioso, porque si hacemos esto, no buscaríamos las consecuencias de nuestros actos, no miraríamos mas allá de lo que puedan provocar, porque en cuanto lo hiciéramos estaríamos pensando en algo más. Pero si no pensamos en esto, en lo que puede acarrear lo que hacemos ¿no nos colocaríamos en una posición egoísta? Y desde esta perspectiva ¿en que fase o etapa nos podríamos colocar en el desarrollo moral?, porque en realidad se busca lo que te beneficia,  tus propios intereses… no se va mas allá, ¿así pues la sociedad puede influir en el tipo de desarrollo moral que tenemos? en ciertos aspectos es ella quien nos guía, quien nos inculca unos valores tal vez inconscientemente.

Formamos nuestra identidad pero en relación con los demás, somos quien somos, porque somos parte de algo, porque destacamos entre otros, y somos diferentes al resto. Ahora bien, una pregunta que me hicieron el otro día y todavía ando dándola vueltas ¿una persona que se opera por una cuestión de estética sigue siendo ella misma? Mi primera respuesta fue inmediata, claro que es ella, porque solo se ha cambiado la imagen, ya esta, nada más…pero ¿qué pasa cuando se mira al espejo y no ve su cara? ¿Se sigue reconociendo?, tal vez tenga que pasar un tiempo (transición), porque en realidad ese ha sido un suceso vital: “¡El día que tuve la cara estirada! O ¡Pase de una 80 a una 95! Es como si lo que volviera a ver en el espejo fuera otra cosa, como un objeto, porque en realidad no es ella misma, no es la que lleva viéndose desde que tiene uso de razón en el otro lado del espejo, sino que es otra, como un objeto, del cual tiene que asimilar y acomodar todo lo nuevo que le esta transmitiendo… ¿y como afecta esto a su personalidad a su autoestima? La mayoría de las personas que se operan dicen que es por una cuestión de complejos, que nunca se han visto bien, y que ahora una vez que han pasado por el quirófano son ellas mismas… ¿pero en que sentido son ellas en realidad? ¿Qué pasa que antes no eran ellas, se escondían y no dejaban verse, descubrirse ante la gente, por miedo de que a los demás no les gustara su nariz? Claro, es lógico, el autoconcepto que tenemos cada persona de nosotros mismos no es igual, pero ¿puede influir la familia? ¿El tipo de apego? nuestra seguridad, ambivalencia, nuestra forma de afrontar los hechos... ¿es la misma? Dependemos de lo que nos transmiten, de lo que nos hacen sentir, de la responsabilidad que dejan caer sobre nuestros hombros,…

Para concluir, diré que los sentimientos somos nosotros, en realidad, son los que nos hacen vivir,  porque el amor, el odio, la tristeza, no dejan de ser pequeños caminos que nos guían de un lado a otro, e intentar racionalizarlos es salir de ellos, verlos objetivamente, saber porque se producen, a que son debidos y actuar suministrándoles esas gotas de raciocinio, y tal vez…sea tan difícil hacerlo, que yo no me sienta capaz o por lo menos todavía. Aunque poco a poco nos vayan construyendo, porque son los que guían mis pasos.

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