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EL RINCÓN DE MIS PENSAMIENTOS

Pedagogia Laboral

EL REPARTO DEL TRABAJO Y EL REPARTO DE LA EDUCACION

Mis ideas previas antes de leer este texto, y basándome solamente en el titulo, pensaba que el reparto del trabajo sí que se veía influido por la educación que recibía cada persona, es decir, que aquellos que estaban más preparados, que llegaban a niveles más altos estaban más valorados por la sociedad y que encontraban trabajo mucho antes que una persona que no había superado otro escalón, como puede ser la educación secundaria obligatoria.

 

Creía que esto venía sucediendo desde hacía mucho tiempo. Aunque en los últimos años, cada vez más, se esta produciendo un cambio, puesto que muchos de mis amigos que tienen una carrera están trabajando en cosas que no tienen nada que ver con lo que han estudiado, es decir, a lo mejor una persona que estudio magisterio está llenando cubiletes de palomitas en el cine, o una persona con la carrera de dirección de empresas está trabajando como azafata de congresos porque es lo único que encuentra.

 

A esto hay que sumar, que cada vez más entre los estudiantes de bachiller se escucha, “yo voy a hacer un módulo,  porque tiene mucha más salida que una carrera, asimismo como se hace prácticas en empresas muchas veces te cogen directamente…” así pues, las carreras, diplomaturas y licenciaturas, parecen que tienen menos valor, siempre se habla de que no salimos preparados para enfrentarnos a nuestro trabajo, que no estamos muchas veces adaptados a los cambios que se han ido produciendo en la sociedad, y esto es lo que hace que progresivamente, desde mi punto de vista, las aulas de las universidades estén más vacías.

 

Esto es lo que sabía antes de comenzar a leer. Con estas ideas, es de donde he podido analizar todo lo que me decía Sara en este texto y desde aquí partiré para intentar comprender más allá.

 

En el texto se comienza hablando de la incertidumbre que plantea la crisis económica, de cómo la educación no es la panacea y de cómo se están produciendo ciertos cambios que llevan a cambiar las condiciones del trabajo. Por ejemplo, la sustitución de las grandes empresas por otras más pequeñas, que impulsan el desarrollo, generan empleo y resultan muchas veces mucho más eficaces. Pero más eficaces, ¿para quienes? Sin duda para el Estado y para las propias empresas en sí, porque éstas son las que contratan a muchas personas, pero con malas condiciones o a tiempo parciales, son las que llenan los contratos de palabras como “hasta fin de obra”. El otro día escuchando a una chica en el autobús la escuche diciéndole a su compañero: “Estoy harta, quiero un trabajo donde me aseguren que voy a aguantar por lo menos un año, aunque me den 900 euros cada mes, porque estoy cansada de trabajar un mes, ganar 1800 euros y otra vez a la calle”. La verdad, es que me recordó mucho a lo que habíamos estado viendo en clase sobre la flexibilización y la precariedad de los trabajos, puesto que  estos trabajos no nos aseguran nada, no nos dan calidad de vida, porque nos obligan a vivir al día, en pensar en el hoy sin poder pensar en el mañana.  Como decía la chica del autobús: “de que me sirve ganar tanto un mes si al siguiente no sé si voy a poder cobrar algo”. De esta forma, donde cada vez se vive más en deuda con los bancos, donde las hipotecas aprietan y colocan sogas sobre el cuello, donde los precios suben repentinamente de un día para otro, ¿qué seguridad tienen los trabajadores? ¿Qué tipo estabilidad pueden conquistar?

 

Hablamos de crisis, y de todo aquello que se nos plantea unida a ella. De la educación, del mercado, del paro, de las empresas, etc. Pero ¿Qué pasa con los trabajadores? ¿Con el día a día? Sé que es todo una gran espiral donde un elemento es el alimento del siguiente, por ello, intentare verlo por partes.

 

El siguiente punto que nos comenta Sara, trata sobre el tema del paro. De aquí me ha llamado la atención varias ideas como.

-          Una economía con fuerte expansión del sector financiero no genera trabajo ni moral sino más bien especulación.

-          Sus efectos más notorios se traducen en la desindustrialización y la exportación del empleo.

-          Nunca volverá la sociedad el pleno empleo

-          Cuota inevitable de paro para no disparar la inflación.

 

Es decir, según se pinta el país puede ir bien, crecer y en cambio tener a un porcentaje alto de la población con la calculadora en la mano porque no llegan a fin de mes y todo esto relacionado con algo que se dice en el texto, que es lo siguiente: “A algunos sectores empresariales les puede parecer deseable una dosis de paro, en tanto que dispongan de una reserva de mano de obra que impida el alza de los salarios, contrarrestando así el poder judicial”. Es decir, da igual la gente, da igual todo, es favorable el tener personas sin trabajo porque así, si un trabajador no acepta las normas de la empresa se le podrá echar fácilmente y contratar a otro, sin pensar más allá de su situación. La verdad es que esto me recuerda a  cuando éramos pequeños y hacíamos colección de cromos, lo único que aquí lo que se cambia, y con lo que se juega es con personas y con sus familias, y, cómo no, con las personas que de por sí ya están en desventaja, porque son a las que más fácilmente puedes explotar y las que se sabe que necesitan trabajar para mantener lo que tienen. Por supuesto no podemos olvidar que en todo este juego los “cromos más repetidos” se podrían decir que son: las mujeres, los jóvenes, las personas mayores y aquellos que tienen poca o nula cualificación.

 

Todo esto refleja en cierta medida el pez que se muerde la cola, porque los jóvenes que viven en los contextos más desfavorecidos, serán también aquellos que tengan más dificultades para poder seguir estudiando y saldrán a un mercado de trabajo, donde serán presa fácil de los carroñeros, es decir, baja cualificación  es: igual a bajo salario y te exploto, hago y te despido cuando quiero. Por lo tanto, seguirán con su mismo nivel de vida, viajando de un puesto a otro de trabajo y haciendo que la secuencia se repita probablemente con sus hijos. Y solamente aquellos que partan de un buen nivel, que tengan dinero para poderse pagar los estudios, y que tengan un cierto capital cultural seguirán estudiando y terminando en la universidad.

 

Aunque tampoco estoy muy segura de esto. Puesto que, llevándolo al terreno personal o la experiencia que he vivido, de los que éramos en clase durante el colegio (colegio concertado, así pues suponemos que las familias tenían un nivel económico medio alto)  el porcentaje de los que hemos estudiado en la universidad es bastante bajo, puesto que de una clase de unos 30 alumnos,  tal vez seamos diez los que hemos seguido estudiando. Así pues, aquellos que viven en contextos más pobres o en peores condiciones es probable que dejen de estudiar antes, pero tampoco debemos olvidarnos que muchos de los que no cumplen estas características  también abandonan los estudios, tal vez, porque cuando se es más joven, no importa tanto el dinero que ganes, sino que ganes algo que dependiendo de la edad será mucho, o que la escuela no otorga una verdadera respuesta a lo que se pide desde el exterior. Se vive en una desconexión, porque el sistema educativo no da respuesta a los cambios tan rápidos que se producen en la sociedad.

 

De todas formas, cuanto más preparados estemos, más educación tengamos,…, tendremos mayor número de respuestas, para saber porque hacemos las cosas, para ser más críticos con lo que ocurre en la sociedad y para no dejarnos llevar por las corriente que van apareciendo. Como dijimos en clase la educación nos sirve para tener una mayor dignidad, para ser más libre y para defendernos mejor ante las injusticias.

 

En conclusión el reparto de la educación va a influir en el reparto del trabajo, porque dependiendo de las competencias que tengamos, del certificado que hayamos obtenido así vamos a conseguir un trabajo u otro. Pero no siempre las personas que hayan estudiado van a trabajar luego en lo que les gusta, ni todos llegaran a ocupar los puestos altos donde hay mayor movilidad, puesto que el neoliberalismo ha llegado, los puesto ya no son fijos, hay pocos trabajos estables, y lo que más se lleva es jugar con cromos.

NEOLIBERALISMO, NO GRACIAS.

NEOLIBERALISMO, NO GRACIAS.  

Para comenzar, solo decir que me ha costado mucho este tema, ya no solo el comprenderlo sino también conectarlo  con mis ideas previas, porque simplemente no tenía muchas.

 En un inicio a la pregunta de que creía que era el neoliberalismo escribí que hacía referencia a una ideología económica que defendía un mercado mundial y que formaba una de las bases de la globalización. No tenia pautas, ni razones para establecer mi postura, para analizar si aquello que predicaba estaba bien o mal, y tal vez eso es lo que he conseguido, después de leer el texto y de analizarlo más profundamente en clase, he conseguido formar una opinión razonada acerca de esta palabra: neoliberalismo. 

Félix Angulo argumenta que le resulta difícil definirla, no sabe muy bien qué decir de ella puesto que  encuentra varios problemas para realizar esta tarea: 

-          En sus discursos y sus acciones se ven conectados campos diversos: cultura, economía, educación, democracia, etc.

-          Aparece ligada a distintas corrientes y partidos políticos

-          Aparece el interrogante de ¿es tan importante? 

Para mí, el neoliberalismo es como se dice en el texto una ideología hegemónica, es una ideología como vimos en clase con una dimensión económica y otra dimensión social, las cuales se forman para conseguir un avance de las clases sociales altas pisando a aquellas que de por sí, ya están por debajo. En todo esto, debemos tener en cuenta también a qué partido o corriente se asocia esta ideología, puesto que dependiendo si es a una o a otra (neoconservadora, liberal, socialdemócrata), habrá cambios en su obra social y en los matices que encierra. 

Así pues, las personas de la “clase media” producto o resultado del Estado del Bienestar persiguen el mantenerse donde están aunque para ello se deba pisar a personas con distinto nivel económico, diferentes oportunidades, con mayor número de problemas y en conclusión, se intenta destruir y hacer que desaparezca la igualdad de oportunidades, produciendo de esta forma, cada vez más, una mayor diferencia. Con respecto a esto me parece muy clarificador lo que dice Félix Angulo de que “los neoliberales no han llegado al poder por el mero efecto de su propaganda sino por haber representado la solución a los temores políticos, sociales y económicos que la clase media satisfecha ha ido sintiendo frente al Estado del Bienestar  y la crisis económica internacional” es decir, para mí, es una ideología construida en el propio miedo del individuo, es una tirita en una herida que todavía no se ha producido. Me aseguro yo, me guardo que no pase nada con mi estabilidad, yendo en contra de aquellos que tal vez un día puedan despertar y quitármela. 

Relacionado con esto, en clase comentamos el paso que se había dado de lo cuantitativo a lo cualitativo, pero a mí me queda alguna duda, ¿de verdad se ha producido? ¿De verdad nos podemos dedicar a la calidad? Se supone que si, puesto que la escolarización ya se ha extendido y es obligatoria, pero si hablamos de calidad… ¿A que nos estamos refiriendo? ¿A que se dé respuesta a todo lo que se exige a la educación? Leyendo el informe de la UNESCO de la comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jaques Delors me ha llamado la atención lo siguiente: “Hoy se pide a los sistemas educativos de todo el mundo que trabajen a la vez más y mejor. Dadas las presiones que se ejercen sobre ellos, han de responder a una exigencia cultural y ética que les incumbe asumir. Por último, tienen que aceptar el reto de la tecnología, que, con los posibles riesgos que ello entraña, constituye uno de los principales cauces para entrar en el siglo XXI. En resumen, todos esperan algo de la educación”. Así pues, la calidad variará según la perspectiva de cada uno, según sus esperanzas y sus anhelos. 

Aunque como se dice en el texto y también vimos en clase esta calidad del sistema educativo puede verse mermada por factores tales como:

 -          La centralización del control.

-          Servicios no son rentables.

-          Burocratización.

-          Menos eficacia. 

Y para conseguir mayores beneficios lo que hace el neoliberalismo o lo que defiende es: la desregularización escolar y la privatización indirecta. Fomentando de esta forma la competitividad y la producción de las diferencias. Sinceramente, me parece que se juega con todo esto. Y que el cambio de lo cuantitativo a lo cualitativo no sería posible, puesto que se estaría dando algo a unos pocos, dejando a otros muchos olvidados. Y es que debemos de ser conscientes de que no partimos todos de las mismas realidades ni desde la misma marca de salida. Y que precisamente los que estén por detrás necesitan más ayudas que esa “clase media satisfecha” de la que hablaba el texto. 

En mi opinión, hay que premiar de alguna forma la “calidad” aquellos centros que innovan, que consiguen buenos resultados, cuyos procesos son costosos, porque hacen un esfuerzo, se comprometen, etc. Pero, ojo,  con fijarnos sólo en los resultados, porque habrá otros centros que haciendo lo mismo o más, no consigan lo mismo por razones de contexto, de población escolar, del entorno, etc. Lo veo un poco como las becas que se dan a los estudiantes, que las del ministerio por ejemplo van aquellos a los que económicamente la necesitan más, pero por otro lado, por lo menos en la comunidad de Madrid, también se ofrecen becas a aquellos alumnos que tienen un alto rendimiento y que sacan buenas notas, puede ser que estos alumnos tengan otras características diferentes a un alumno que tenga que trabajar, que tenga problemas, etc. Pero pienso que está bien que haya variedad de criterios, que no se centren solo en uno, puesto que entonces no se estaría premiando el esfuerzo de todos por igual, y se estaría reflejando también una diferencia de trato. 

En conclusión, si basamos la educación, si la reducimos a un aspecto solo mercantil y no como un servicio gratuito estaremos acabando con aquellas personas que no tienen un buen nivel económico y que deberán conformar con las migajas de aquellos a los que el miedo y la inseguridad les ha atrapado.