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EL RINCÓN DE MIS PENSAMIENTOS

LA FAMILIA ALCÁNTARA, SEGUNDA PARTE

Sigo investigando…y es que la familia Alcántara da mucho de sí.

Lo primero, os situaré un poco, para que no os veáis obligados a buscar y a leer el otro post que escribí no hace mucho. Pues bien, después de hacer un test sobre el apego a toda la familia, dieron los siguientes resultados: padre y madre son huidizos e hijo e hija ambivalentes. En teoría, o eso dicen, lo normal es que el apego de los padres influya en sus descendientes, pero en este caso no ocurre, ni mucho menos, además cada uno esta muy estancado en una parte de la tabla donde se describen las pertinentes características.

Como no le encontraba mucho sentido a esto, he buscado, he leído, hasta he vuelto a desempolvar los apuntes de psicología que me dieron en primero de magisterio. Aunque en ninguno he encontrado una solución clara como que dos más dos son cuatro, pero supongo que es lo que tiene esta ciencia, que intervienen muchas cosas, muchos procesos que impiden este tipo de afirmaciones tan rotundas.

Leyendo y leyendo, me he topado con las clases de familias, la conducta que tienen los padres con respecto a sus hijos, y he intentado situar a los míos en una de esas clases (aunque creo que ha quedado claro que estoy en contra de toda categorización), colocándoles en una que dice: “En los hogares en que se ejerce mucho control…”. Sí, mis padres no llegan a ser democráticos, ni permisivos, son más bien controladores, padres preocupados por saber donde estamos en cada momento, que se preocupan si un día no nos ven con una sonrisa en la boca y gritando que somos felices, son así, no les puedo cambiar, y mira que lo he intentado, pero no hay forma, supongo que cuando una persona lleva tanto tiempo comportándose de esta forma es difícil cambiarla de golpe.

Pero lo peor no es eso, son las consecuencias que esto trae, según los apuntes que tengo delante de mi, nos caracteriza a los hijos de: conformistas, poco activos, introvertidos, sumisos y cobardes, poco constantes, y que apenas juegan. En realidad, creo que este Baldein (1945-49) la tenía jurada con los hijos de padres controladores porque no ha puesto ni un adjetivo bueno. O tal vez, el era uno de ellos y quiere dejar claro a sus padres que el así porque ellos le hicieron ser de esta forma.

Muy bien, después de todos estos halagos recibidos, intento ver porque somos así, la causa, y resulta que en los apuntes también viene y es que descubro que los niños que viven en hogares con elevado control, no son recompensados cuando manifiestan curiosidad o cuando se hacen valer o tratan de autoafirmarse. Además las recompensas están asociadas con la obediencia a los padres, la conformidad con sus normas y la supresión de la curiosidad.

Quiero puntualizar una cosa, y decir que no creo que todo sea tan blanco o negro, y que no creo que haya o este viviendo en una dictadura, porque creo que todas las categorizaciones están muy posicionadas en un lado u otro para que se vea una clara diferencia entre ellas.

En 1967 Baumrind realizó una investigación sobre las familias, y dividió a los niños en tres tipos de estructura personal según su conducta, en teoría, la que concuerda con la familia controladora, muestra a los niños como medianamente confiados, y capaces de controlarse a sí mismos, relativamente contentos, inseguros, temerosos y desconfiados, sin interés  a volverse hostiles o regresivos en situaciones de tensión.

En mi empeño de enlazar esto con el tema del apego, podría decir, que tal vez esa inseguridad, es la que en cierta medida nos hace buscar en los demás, el sentirnos aceptados en un grupo, porque es como si dentro del núcleo familiar siempre estemos intentando adaptarnos a lo que nos exigen, y esto se puede extrapolar a la gente que nos rodea, ya que intentamos cumplir las expectativas que tienen hacia nosotros.

Tal vez no sea tan raro, encontrar padres huidizos pero que tienen una actitud controladora, porque en realidad el mantener una estabilidad en el hogar donde todo encaja, les facilita por otro lado el ser más independientes, haciendo el efecto contrario en los hijos y buscan más la aceptación o el premio por cumplir esas normas.

Esto es lo que he podido responder a la pregunta de por que tenemos mi hermano y yo un apego diferente a mis padres. No se si estará bien o si me habré ido un poco del tema o simplemente no tendrá nada que ver, pero lo he intentado y en cierta medida le puedo encontrar algo de sentido.

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