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EL RINCÓN DE MIS PENSAMIENTOS

PEREZA, SILLONES, REFRANES,…, UNA BÍTACORA DE LO MAS VARIADA

Ya he vuelto, creo que hace unos días que no escribo, bueno escribir no hace tanto porque entre unas cosas y otras siempre tengo un boli en la mano que va olvidando su tinta por una hoja que cada vez se va manchando progresivamente.

Vivo un momento en que las prisas, el correr por mi casa del salón a mi habitación es muy frecuente, y en el que pegarse golpes inoportunos pueden hacer mucho daño. Además parece que los bichitos de las enfermedades me persiguen, primero un ojo hinchado, luego gastroenteritis…y ahora la impresora.

Si, evidentemente no es una enfermedad, pero el no poder leer las cosas en papel hace que tenga que estar sentada en esta silla delante del ordenador mucho tiempo, trayendo consigo sus consecuencias, como dolor de espalda, vista cansada, dolor de cabeza…etc así visto, necesito un médico, creo que tengo síntomas de todas las enfermedades, en cambio, esta necesidad es un poco irónica, porque mi hermano esta en sexto de medicina y supongo que algo sabrá, y lo único que responde a mis quejas es:- “ si , es verdad, parece que tienes algo, ves al médico”. Con esto, confirmo aquel refrán que dice “en casa del herrero cuchillo de palo”. Y es que hay refranes para todo, es muy gracioso, siempre que  pienso esto me acuerdo de un monologo del club de la comedia  que relata la contraposición entre muchos de ellos, por ejemplo, si madrugas, dios te ayuda, pero luego hay otro que dice no por mucho madrugar amanece mas temprano. Así pues, ¿qué hacer? Yo creo que estos refranes tienen mucha lógica, y es que hay que poner el despertador muy pronto para luego ir dándole al botoncito que pone algo de retrasar la alarma cinco minutos (no se muy bien que pone exactamente porque siempre que le pulso estoy medio dormida) y así puedes decir que llevas tiempo despierta pero que te has ido concediendo unos minutos para despejarte y esas cosas, aunque en realidad a las siete y media en punto cuando el despertador ha gritado tititi, tititi, tititi, ya habías abierto el ojo.

Este es mi pecado capital, no es la gula, ni la avaricia…es la pereza, que me envuelve en sus manos, me trata de mecer y poco a poco me va agarrando y haciendo que caía en el sueño. Cuantas veces daría todo por quedarme en la cama dando vueltas, por no salir de ella, por volverme a tapar con la manta, bajar las persianas mentalmente y hacer que volviera a salir la luna. Y en el sofá…casi pasa lo mismo, ¿por qué tienen que hacerlos tan cómodos? No es para que nos sentemos a gusto a ver la tele, sino es para que al estar tanto tiempo sentados en ellos se estropeen y tengamos que comprar otro rápidamente porque no podemos pasar un día sin tirarnos en el.

No se si seguir hablando de este tema, porque se puede pensar que no hago nada, y no es así, porque como he dicho al principio las carreras por mi casa abundan, y es que el que no tiene memoria tiene que tener piernas o algo así dicen.

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