LA PALABRA
El dialogo es nuestra arma. Muchas veces nos han dicho que tenemos que convencer a través de la palabra. Pero… ¿qué ocurre cuando esta viene en forma de grito, de improperios, de insultos? Entonces, ahí, la palabra deja de ser nuestra mayor baza, se convierte en nuestra cadena, en el paño que tapa nuestra boca, en las esposas que inutilizan nuestros brazos.
No me digas que fuiste con ella por bandera, poniendo el dialogo por delante, si lo único que hiciste fue lanzar palabras sin orden. No me hables sobre que es educación, si no conseguiste calmarte. No me expongas tus ideas si no vas a escuchar las mías. Y no me digas que “sí”, si en realidad solo piensas en cuando estaré en silencio para comenzar a hablar.
Crees que puedes convencerme, y en realidad solo me utilizas. Utilizas mi presencia para descargarte, utilizas mi asentimiento para continuar, utilizas cualquier movimiento para creer que te estoy dando la razón. Pero no es verdad, solo son tus espejismos, tus ideas, lo que quieres ver reflejado en mi.
Esta vez, no diré nada, me mantendré en silencio, te dejaré hablar, sin exponerte lo que pienso, porque en este momento es lo que quieres, o tal vez, es lo que más necesitas. En realidad, no quieres que te lleve la contraria, y solo pides con tus voces que te deje llevar la razón, así que es toda tuya. Pero solo te doy de plazo hasta esta noche. Porque entonces pensaras, recapacitarás antes de irte a dormir, y entenderás que todo lo que has dicho ha venido por un conjunto de personas, por un millón de vocecitas que, poco a poco te hicieron saltar a mí en ese último instante. Por ello, sentirás que no eras tú, erais todos, pero concentrados en una misma persona.
No te preocupes, soy consciente de ello, por eso deje que tus palabras fueran lanzadas hacia mí en forma de cuchillos, pero todas las pude esquivar. No me hirió ninguna, tampoco pudieron ni tan siquiera rozarme, porque sabía que el que las lanzaba, era más cobarde, porque no se presentaba en el campo de batalla ante mi ejército.
Creo que escuche de lejos que blasfemabas, me pareció entender algunos insultos e incluso pude deducir que eran hacía mí. No tengas miedo, no te los echaré en cara el día de nuestro encuentro, porque tengo lanzas más rápidas, caballos más veloces, y verdades más profundas.
Así pues, aquí te espero, con la cara pintada, la cabeza alta y el corazón en el pecho. Esperando que tú hagas lo mismo, y entonces, si que podamos disfrutar del placer de entendernos.
6 comentarios
Lara -
Anónimo -
Tal vez una palabra no sea entendida igual en una clase, que en la calle, que en una cafeteria, y es que todo depende del contexto, y de como la persona quiera interpretar la palabra.
Y lo malo de esto, es que no podemos echar la culpa a las palabras sino que se las echamos a la persona que las dice, y por lo tanto al que hacemos responsable de nuestra interpretación.
Besitos y que pases un buen fin de semana!!!
May -
S.O.S. Algo no funciona, las palabras se disfrazan, las historias se deforman, los sentimientos son ocultados, los personajes no existen ...
¿qué ocurre?
tan sólo que las palabras zozobran en un abismo de confusas interpretaciones y la descarga de liberación termina siendo ahogada en el muro que no se ha derrumbado !!!
BSS Lara
Lara -
Por eso, muchas veces nos disfrazamos, disfrazamos nuestros sentimientos, y las palabras son simplemente un reflejo de algo que queremos decir, pero que no llegamos a completar.
Es decir, nos ponemos las mascaras para no decir lo que de verdad pensamos, o que para que cuando se digan, si estas van a ser cuchillos nunca se sepa quien ha sido el lanzador.
Espero tu reflexión May!!!
Besitos!!
May -
Cain. -
Excelente.