DE VUELTA
Quitándome las cadenas, vuelvo a respirar, vuelvo a salir de la biblioteca, vuelvo a ver al sillón más que como un enemigo que me quiere recoger entre sus brazos, como un amigo que me invita a pasar las horas tranquilamente.
Vuelvo además a escuchar los chapuzones de los niños a través de las ventanas de mi casa que permanecen todo el verano abiertas, a comer helados de todos los sabores, a comer pipas en los bancos porque no hay otra cosa que hacer, y que bendición que no haya otra cosa.
Vuelvo también a las fiestas de Torrejón (este año con lluvia, pero no podía haber nada más romántico que un beso bajo la lluvia) vuelvo también a volver tarde a casa, a andar por la sombra buscando el fresquito de la mañana, a tumbarme en el suelo de mi casa buscando la zona más fresquita al igual que hacen los gatos, vuelvo a ir a las terrazas cada dos por tres a tomar coca colas y margaritas, a levantarme tarde, a leer más esos libros que voy amontonando durante el año por falta de tiempo.
Vuelvo a ir cada fin de semana a la playa, a mi cumpleaños, a venir y salir de casa, a tomar el sol, a ponerme camisetas de tirantes, a decir: “hace mucho calor, no puedo más”. A comprarme botellitas de agua porque siempre se me olvida llenar una en casa y meterla en el frigorífico, a trabajar en el campamento con mis niños, a tener tiempo para aburrirme, a las sandalias y las rozaduras cada vez que cambio de zapatos.
Vuelvo, como cada año igual que siempre, pero distinta.
2 comentarios
Lara -
Microalgo -
¡Disfruta del verano!