NO TE INTENTÉ CAMBIAR
Te encontré en el mar. En una pequeña concha escondido, creí que eras la perla porque brillabas entre todas las demás. Así pues, te cogí entre mis manos, con mucho cuidado, te mecí entre ellas, quería que no notaras el cambio del vaivén de las olas, al ambiente que se vive fuera de ella.
Cuando llegue a casa, cogí una pequeña caja del fondo de mi cajón, la acomode perfectamente para que pudieras vivir en ella. Puse cachitos de algodón y los cubrí con un pañuelo que tenían mis iniciales, no sé porque pero de pequeña mi abuela se empeñaba en coser mis iniciales en todo lo que veía: sabanas, toallas, pañuelos,…, pero todo ello sirvió para que nunca me olvidaras.
Te tumbe allí, intente colocarte cerca del radiador. Pero a pesar de que me esforcé en que todo estuviera perfecto, a ti no te lo pareció. No era tu lugar, no era tu casa, te saque de la tuya y pretendía que te acomodaras a mis costumbres, a mi entorno, pero no pude. Una noche te marchaste. No tengo ni idea del como, creo que esa será mi gran interrogante. Solo cogiste mi pañuelo, supongo que porque aunque te quisieras ir no querías olvidarme porque te había tratado bien, o al menos todo lo bien que supe hacerlo. Aunque tal vez lo utilizaste como paracaídas para descender desde la ventana.
Sea como fuere, espero que estés bien, que me perdones por robarte del lugar en el que siempre debiste estar. Esta claro , que nunca debemos intentar cambiar a nadie, pues todos pertenecemos y somos de algún lado y esto nos define a lo largo de nuestras vidas.
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Microalgo -