LA AFECTIVIDAD EN LAS AULAS
Vistas Las autobiografías en el aula y el texto de Esteve, J, M, (1989) me doy cuenta que a través de toda nuestra educación nos hemos topado con profesores de diferentes estilos educativos (Adoctrinamiento, instrucción, adiestramiento…) Tal vez, nos gustaría decir que todos ellos han utilizado la educación, la cual estaba llena de valores morales, de reflexiones, etc. Aunque no es así, ya que en nuestra vida escolar hemos chocado con docentes que su máxima era imponernos sus ideas, también tengo que decir, que a afortunadamente estos han sido los menos (o por lo menos en mi caso)
Podría comenzar a leer la autobiografía e ir colocando a cada profesor una etiqueta que le definiera, pero creo que eso en el fondo no valdría mucho. Así pues, hablaré de una forma más global. Diciendo que lo importante muchas veces en un docente es el sentimiento afectivo hacia los alumnos. Y es que si nos paramos a reflexionar durante unos instantes, recordaremos a aquellos con los que nos hemos sentido más identificados, los que les contábamos nuestros problemas y los escuchaban. Creo que todo alumno necesita saber que la persona con la que comparte el mayor tiempo del día se preocupa o se muestra abierto hacia las necesidades que pueden aparecer. Y es que esta relación profesor- alumno, pienso que debe ir más allá de la simple relación de adoctrinar o formar, si no como se dice en el texto, tiene que ir dirigida a educar, tanto en valores como en conocimientos y esto se podrá conseguir si y solo sí, el profesor escucha a sus alumnos, puede empalizar con ellos y les hace participes de lo que aprenden. Además de esta forma, lo que también se estará provocando será una mayor motivación en los alumnos, porque no verán al profesor como una figura que esta ahí para obligarles a aprender ciertas cosas, sino que lo verán como una persona que además de ser un profesor pueden hablar, discutir y negociar con él.
Además el docente, al tener una buena relación con los alumnos procurara animar a todos y no solamente a aquellos que suelen sacar buenos resultados. Aquí podemos situar a mi profesor de inglés el cual daba gominotas a toda la clase, y es que de esa forma motivaba a todos por igual, reconocía su esfuerzo y les alentaba a seguir así.
Con todo esto, me viene también a la cabeza, la idea de la confianza, y es que cuando un profesor confía en sus alumnos y se lo demuestra, estos normalmente trabajan más, por el deseo muchas veces de no fallarle. Aquí se ve muy bien el contraste de un profesor autoritario o permisivo frente a un maestro democrático, ya que con este ultimo, la sensación de “equipo” de “unión” esta más presente y parece que todos se deben esforzar porque forman parte de ese grupo.
Además de esta forma, se promueve una mejor relación entre los alumnos, y entre alumnos- profesor.
Por lo tanto. La afectividad para aprender no la veo como algo necesario, pues si el propio niño quiere aprender lo va a hacer independientemente de cómo sea el profesor. Pero si la considero como un gran medio para llegar a los alumnos, para que estos se motiven y para que el aprendizaje sea más efectivo y pueda llegar a todos, haciendo que sea significativo.
1 comentario
Cecilia -
Mi conclusión no sería que la afectividad no es necesaria para aprendera, aunque creo entender lo que comentas. M´sa bien diría que cuando una persona quiere aprender lo hace, porque afectivamente está ligada con ello (al tema, a lo que le implica el aprendizaje del tema, etc), prescindiendo de que el profesor sea bueno o no. En este sentido la afectividad está presente en todo. Y como tú dices: la afectiviad es "un gran medio para llegar a los alumnos, para que estos se motiven y para que el aprendizaje sea más efectivo y pueda llegar a todos, haciendo que sea significativo."