UN SACO DE PENSAMIENTOS
Me canse de ser la princesa de los cuentos de hadas. Ya sabes que nunca he sido de aguantar mucho en los lugares, sobre todo en aquellos donde la rutina es la ley principal para poder vivir.
Si, efectivamente un día me equivoque al decirte que te quería. Era cierto que sentía algo por ti, porque siempre sentimos algo por alguien, nunca dejamos de recibir sensaciones y de emitirlas, y por ello, en ese momento, pensé que eras alguien importante para mí. Hoy solo puedo decir, que no fuiste tú, solo yo.
Escribo sin saber, escribo porque me sale el escribir, el llenar párrafos con ideas, con cosas que no dicen nada, pero que en su conjunto dicen muchas más cosas de las que podría decir si las pensara.
No me juzgues, porque ya no lleve ese vestido, no pienses que he dejado de ser quien soy, porque nunca fui yo misma, porque siempre he sido un sueño. Un conjunto de deseos, y de arrepentimientos.
Hoy no pienso, actúo. No me paro a mirar las consecuencias, no busco dobles sentidos, creo que en este camino me he cansado de dar vueltas. Me dirijo a mi objetivo, sin desvíos, sin caminos que alargan el recorrido, solo quiero llegar. No hay atascos, no hay paradas, tan solo para poder tomar un poco de agua y seguir. ¿En bici? Efectivamente sería más rápido, e incluso en avión, pero ya sabes que no puedo permitirme esos lujos, por eso lo hago andando, con esas zapatillas con las que jugaba al rescate en mi barrio, las que me han acompañado abandonadas en el armario durante años.
Solo te pido que una vez que llegue, estés esperándome allí, no te lo suelo pedir muy a menudo, o tal vez sÍ, pero creo que esta vez lo necesito, es una emergencia, un S.O.S, un pedir a gritos que no te alejes. Porque ahora es mi momento, porque ahora me estoy renovando, he decidido enchufarme al cargador, para volver a ser, para poder volver a existir, porque siempre, todos los años me pasa lo mismo por esta época, todo parece que se me viene encima.
La habitación parece más pequeña, aunque creo que en esto también puede influir el que cada día meta más estanterías porque cada vez tengo menos huecos para poner libros y hadas. Cada vez me gusta poner más incienso y pequeñas velas por la habitación porque parece que me relajan, y cada vez intento dormir un poco más que el día anterior.
Ya nos veremos, eso decimos siempre, y en cambio parece que es una frase para no cumplir. Creo que es compañera de “mañana te llamo” o de “ya hablamos”, son frases avocadas al fracaso, son las que se dicen cuando no tienes pensado el día y el lugar. Y en cambio, cuando las dices acude la añoranza, el deseo, las ganas, aunque todo esto desaparece en cuanto entras en casa y lo dejas apartado hasta que vuelves a ver a esa persona. Por eso te pido que no me lo digas, que lo hagas, que me llames, que me vengas a visitar. Que no pienses un día, solo que lo escojas y te decidas, porque al igual que yo pido que me esperen en el final del camino, yo a ti siempre te estaré esperando. Y es que solo se estar, solo se esperar. Porque nadie me enseño como desaparecer, porque nadie me dijo como se hacían los trucos de magia para desvanecer, así pues siempre estaré aquí para quien me necesite, al otro lado del teléfono, al otro lado de la puerta, al otro lado de la ciudad o simplemente a tu lado.
Rellenar hojas se me da bien, y como he dicho antes, esperar también, así pues espero tu respuesta.
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Leni -