LA ADOLESCENCIA, UN ACERCAMIENTO A SU ESTUDIO
“El adolescente es un ser extraño, inocente como un ángel, orgulloso como un príncipe, valiente como un héroe, vanidoso como un pavo real, perezoso como un asno, indomable como un toro, irritable como una damisela”.
Stanley Hall
He escogido esta frase para comenzar mi texto, porque creo que en ella se están dando por hecho características de la etapa de la adolescencia, y que a través de comparaciones se intenta hacer un retrato de lo más llamativo como puede ser la incomprensión, la búsqueda de autonomía VS seguridad, el egocentrismo, la confrontación con la autoridad, etc. Pero todos estos rasgos que atribuimos ¿son verdaderamente ciertos? ¿Se dan en todos los adolescentes? ¿Se atribuyen a una edad independientemente del medio donde se desarrolle el sujeto?
Ante esta primera reflexión que tenía que realizar me plantee dos cuestiones:
- ¿Es verdad qué la opinión que tenemos acerca de la adolescencia, es que es un periodo lleno de conflictos al que tenemos miedo, o es solamente un mito que luego no se refleja en la opinión de las personas?
- Y por otro lado ¿Se puede estudiar la adolescencia como algo individual o perteneciente al individuo, o debemos estudiarlo desde un plano más general en el que nos centremos en las interacciones que establece este con el contexto?
Para dar respuesta a la primera pregunta decidí buscar dentro de internet algún foro que hiciera referencia a la adolescencia, y desde aquí analizar aquello que se decía sobre esta etapa. Asimismo, analizar que adjetivos o con que sustantivos la relacionaban. Algunos de los que encontré y de los que más aparecía eran: complicada, rebeldía, chillar, depresión, incomprensión, cambios, difícil, delicada… y otros tantos que reflejaban situaciones de estrés, de presión, de frustración, etc. Uno de los comentarios perteneciente a una chica me llamo mucho la atención, por eso lo he querido rescatar aquí:
“Para mí la adolescencia es el periodo más difícil ya que tenemos que entregar lo mejor de nosotros y proyectarnos en un futuro que no conocemos, tratando de que la decisión que tomemos sea la más acertada, ya que esta es la que nos va a acompañar por el resto de nuestra vida”.
Es decir, como podemos ver a través de este ejemplo parece que la etapa de la adolescencia es una etapa crítica que va a influir en el futuro, pero ¿es tan importante? ¿Es ésta más trascendental, comparada con las demás etapas que se producen en el desarrollo? ¿Por qué existe esta concepción? Ante estos interrogantes me vino a la cabeza el término de transición, puesto que además en clase, comentamos que se debía ver esta etapa como un paso más, por “algo que hay que pasar”, pero de una forma normal, sin estrés, y en la que la mayoría de las personas la supera sin más repercusión. Además apoyándome en los autores Baltes (2000), Staudinger y Lindenberger (1999), Stantrock (2002) recogo la idea de que el desarrollo es un proceso que dura toda la vida, por lo tanto, los cambios no se van a terminar en la adolescencia sino que se seguirán sucediendo a lo largo de los años. Pero entonces, ¿qué puede pasar en esta etapa para que se perciba tan decisiva en nuestra vida? ¿Puede influir el hecho de que los cambios sean más diversos o más espectaculares porque abarcan grandes aspectos de nuestro desarrollo?
Como hemos visto en el pequeño ejemplo que he puesto anteriormente, parece que lo que seamos y decidamos en estas edades va a delimitar nuestro futuro y lo va a dirigir en la dirección que hayamos elegido. Ante esta cuestión, me hago la pregunta de ¿cómo puede influir el medio en estas concepciones? ¿Cómo va a intervenir a la hora de “sobrellevar” esta etapa? ¿Va a depender nuestra experiencia de las interacciones que mantengamos con el medio? Ante esto existen dos teorías. Aquellas que son partidarios de la naturaleza, que argumentan que los principios genéticos producen ciertos factores comunes en el crecimiento y en el desarrollo, y las que opinan, que el medio y las experiencias son las dos variables que cobran más importancia en el proceso, incluyendo en este apartado: la nutrición, los cuidados médicos, las drogas, los accidentes físicos, la familia, los iguales, el colegio, etc.
Aunque siguiendo el modelo que vimos en nuestra pasada discusión, y el que aúna estas dos perspectivas anteriores, nos encontraríamos con el modelo ecológico de Urie Bronfenbrenner y Morris (1998) que “consiste en cinco sistemas ambientales que van desde las interacciones interpersonales cercanas hasta las extensas influencias basadas en la cultura. Los cinco sistemas de la teoría ecológica son el microsistema, mesosistema, exosistema, macrosistema y cronosistema”, al que recientemente, ha añadido influencias biológicas y ahora la describe como una teoría bio-ecológica.
Así pues, siguiente este modelo, cabe pensar que las concepciones que hagamos del término de la adolescencia van a depender de las experiencias y de las interacciones que hayamos mantenido cada uno de nosotros con los diversos sistemas que expone la teoría, y que nuestros comportamientos, actitudes, valores y creencias van a estar influidos por las relaciones que hayamos establecido a lo largo de nuestro desarrollo.
De igual forma, los recursos que manejemos, las salidas que planteemos a los diferentes conflictos, la forma de encauzar los problemas no van a depender tanto de si estamos en la etapa de la infancia, de la adolescencia, de la adultez, etc. sino que van a obedecer a una serie de “estilos” o de “respuestas” que hayamos ido utilizando a lo largo de nuestro desarrollo y que nos han ofrecido resultados de éxito.
Relacionado con todo esto, nos encontramos también con la idea de continuidad o discontinuidad, al igual que he comentado antes, se encuentran dos teorías, aquellas que hacen hincapié en el medio y que describen el desarrollo como un proceso gradual y continuo, y aquellas que enfatizan la naturaleza, y que la describen como una serie de etapas distintas (J.W. Santrock, 2003), en mi opinión, creo que es una mezcla de ambas, es decir, es un proceso continuo donde el medio en el que se crece, las oportunidades que tenemos de acercarnos a los demás, las vivencias que llevamos en nuestra “mochila”, se van acumulando, muchas veces sin darnos cuenta y ser conscientes de ello, hasta que de pronto, un día ocurre un cambio, vivimos un “momento vital” y aquí es cuando somos conscientes de que algo es diferentes, sin darnos cuenta que ha venido precedido por todo lo anterior.
¿Esto puede ser lo que ocurra en la adolescencia?, es decir, de repente vemos un cambio, pero no somos muy conscientes de cuándo, ni cómo ha ocurrido, por eso entramos en un momento de crisis, porque estamos perdidos, tenemos ante nosotros una nueva imagen, un cambio físico, unas necesidades diferentes, etc. Aunque por otro lado, ¿no somos conscientes de que este cambio se está produciendo de forma gradual? Es una duda que al pensar en ella, no he podido responder, porque pensando en mi propia experiencia, no soy consciente de cuando comencé a ser adolescente, de cuando he terminado de serlo, pero sí que tengo claro que se dieron ciertos cambios en este transitar. Así pues, respondiendo a mi pregunta inicial, creo que la respuesta a cómo se debe estudiar la adolescencia, sería desde ambas perspectivas, es decir, desde el individuo y su naturaleza, al medio y a las interacciones que se crean con este, considerando la idea, tal y como la expone Greenough (2000)que “la clave del desarrollo es la interacción de la naturaleza y el medio, en lugar de cualquiera de estos factores por separado”.
BIBLIOGRAFÍA
ü J.W. Santrock (2003) “Infancia. Psicología del desarrollo” Editorial McGrawHill.
ü J.A. Micucci (2005) “El adolescente en la terapia familiar. Editorial Amorrortu.
ü L.Steinberg y R.M. Lerner (2004) “The scientific study of adolesce: a Brief History” Journal of Early Adolescence, Vol: 24, nº1. Sage Publications
ü Domingo Comas Arnau (Director) (2003) “ Jóvenes y estilos de vida: valores y riesgos en los jóvenes urbanos” Edición INJUVE- FAD
ü A. Moreno y C. del Barrio (2005) “La experiencia adolescente. A la búsqueda de un lugar en el mundo”. Editorial AIQUE. Buenos Aires
1 comentario
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La genetica es todavía un misterio, y las relaciones sociales también, así que solo se pueden lanzar piedras al aire en todo esto, pero quizas la adolescencia, como nosotros la conocemos, sea un invento del hombre, para el hombre, en un vano intento de desacreditar a los mas jovenes frente a los que sienten el peso de los años sobre sus hombros, de controlar el tiempo poco a poco y decidir quien esta capacitado, quien no, quien necesita ayuda, o quien se encuentra en la flor o en el ocaso de su vida plena, o que sea una manera más de llamar a algo abstracto y étereo para dotar de algo de sentido a este caos que es nuestra vida. No lo se, no tengo ni idea, ni siquiera tengo organizadas mis ideas, pero si se una cosa: Nunca es tarde para ser adolescente. O eso espero. Es una de mis pocas alternativas ;)
Quizas todo esto me quede muy grande, así que no me hagas mucho caso...
Pd: Congratulations por el trabajo!!! ^_^