GÉNERO ¿UN FACTOR DE RIESGO?
¿Es el género verdaderamente un factor de riesgo? Esta es la primera pregunta sobre la que vengo reflexionando hace dos semanas, de verdad podemos decir ¿qué esta característica pone en riesgo a los adolescentes? En mi opinión, creo que si hablamos del género como un factor de riesgo estamos equivocados, puesto que pienso que es una circunstancia que puede agravar o disminuir ciertos aspectos o verdaderos factores de riesgo como podrían ser el consumir drogas, el absentismo, la violencia, etc. Es decir, pueden existir diferencias dependiendo de si eres chica o chico, pero al igual que las podemos encontrar dependiendo de si se tiene diez, veinte o cuarenta años. Así pues, va a ser una condición que hará que el sujeto este expuesto a una serie de peligros o de factores de protección a los que se tendrá que enfrentar.
Dicho esto, ¿qué factores de riesgo podríamos asociar más a un género o a otro? ¿Qué hace que unos afecten en mayor medida a las chicas que a los chicos, y al revés? ¿Cómo influye el desarrollo de cada adolescente? ¿Qué estereotipos existen para género? ¿Cómo influye el modelo social y cultural? ¿Qué expectativas pesan sobre cada uno de los y las adolescentes? ¿Qué papel tiene la familia?
Comencé a pensar que las chicas al desarrollarse antes que los chicos, y al sufrir mayores cambios a temprana edad, se podrían enfrentar más prematuramente con: los cambios físicos, con la búsqueda de la identidad, con el deseo de una mayor autonomía, con suspirar entrar en el mundo adulto… y por ello, exponerse antes que los chicos, a una multitud de riesgos. Además esto, podría hacer que buscará amistades de mayor edad que influirían o facilitarían el acceso a diferentes sustancias, al alcohol, a relaciones sexuales, aumentando una serie de conflictos internos para la chica en cuestión, que si no tiene unos buenos factores de protección puede “caer” más fácilmente y verse influida en mayor medida por sus iguales.
Por otro lado, los chicos se enfrentan a estos cambios algunos años más tarde, no buscarían a las chicas de más edad, y el acceso a determinadas sustancias se podría conseguir por ellos mismos, podríamos decir, que tienen una mayor autonomía y esto les puede hacer que estén más expuestos a ciertos factores de riesgo para los que no encuentran trabas. Es decir, tal y como expone una investigación realizada por Alison L. Bryant de la Universidad de Missouri (Columbia) “How academic achievement, attitudes, and behaviors relate to the course of substance use during adolescence: a 6 years, multiwave national longitudinal study” las chicas comenzarían antes a consumir aunque a lo largo del tiempo este consumo disminuiría, sin embargo, los chicos a pesar de que empiezan más tarde su consumo se dispararía más y lo harían en mayores cantidades. Mi pregunta es ¿se podrían extrapolar estos resultados a otros factores de riesgo, como el sexo, la violencia, el romper las normas, etc.?
Del mismo modo, debemos tener en cuenta que en la adolescencia, los objetivos y las metas de los y las adolescentes dejan de ser los mismos que tenían en la infancia, y buscan mayor independencia y autonomía, se ve de forma diferente a los iguales, y se exploran nuevos contextos y situaciones, etc. Asimismo, la sociedad también comienza a ver un cambio en ellos y a exigirles algo más de lo que se les pedía anteriormente, por ello podríamos decir que se mueven en diferentes escenarios en los que en cada uno tienen que interpretar un rol y un papel, ya que se espera cosas distintas dependiendo de donde esté, así pues ¿Cuáles serían estas expectativas que influirían en la adolescencia y que podrían marcar alguna diferencia dependiendo del género? ¿Cómo repercuten las expectativas de la familia? ¿Y de los iguales?
Tal vez, al ver la adolescencia como esta etapa terrible y espeluznante, en vez de verla como una etapa de transición donde la persona se va adaptando paulatinamente a los cambios, se está influyendo de alguna manera en que los y las adolescentes crean que deben comportarse así y que deben romper las reglas, probar nuevas experiencias, buscar el ser como los demás para sentirse aceptados, etc. y pueda existir distinciones dependiendo del género, puesto que se podría esperar por ejemplo, que las chicas se relacionaran más con relaciones sexuales y con el alcohol y los chicos, por otro lado, con el consumo de otras sustancias.
En contra partida, debemos de tener en cuenta que la familia como factor protector es muy relevante puesto que siguiendo lo que dice Cristina del Barrio y Amparo Moreno (2005) basándose en Coleman “los adolescentes, en el paso de la dependencia a la independencia, no pueden llegar a convertirse auténticamente en adultos a no ser que logren comprobar los límites de la autoridad, ni tampoco pueden descubrir en qué creen a menos que tengan ocasión de luchar duramente contra las creencias de otros”, es decir, se deben de establecer ciertos límites que señalen tanto a los chicos como a las chicas hasta donde pueden llegar, pero mi cuestión es ¿Ponemos los mismos límites a los dos? ¿Se educa igual a los y las hijas sin tener en cuenta el género? ¿Qué se exige a cada uno de ellos? ¿Cómo se relacionará esto con los riesgos a los que se enfrenten en un futuro?
Según Stern (1990) las chicas y los chicos siguen un proceso de socialización diferente, puesto que la familia sigue motivando a los chicos a ser más participativos y a las chicas, por otro lado, a valorar más la proximidad con los otros. Así pues y siguiendo esta idea, tal vez, los chicos serían más propensos a las peleas, a las competiciones y a todos aquellos riesgos donde se pondría en duda su poder o estatus, y las chicas se las podría asociar normalmente con aquellos riesgos que serían para sentirse integradas dentro del grupo de iguales y serían por ejemplo las famosas “adictas sociales” es decir, aquellas que solo consumen cuando se encuentran con más gente. Aunque esto, hay que cogerlo con pinzas puesto que sería sólo una hipótesis.
En conclusión, como he dicho en un principio el género es una circunstancia que puede influir a la hora de que los y las adolescentes se enfrenten al mundo, pero más que nada, influye por el papel, el rol y las expectativas que rondan en torno a ellos y las diferentes formas de socialización que se espera de cada género. Por lo tanto, pienso que partiendo de una teoría sistémica es más importante la interacción del sujeto (independientemente del género que sea) con los sistemas en los que se mueve, que el hecho de que sea un chico o una chica.
BIBLIOGRAFÍA
A. Moreno y C. Del Barrio (2005) “La experiencia adolescente. A la búsqueda de un lugar en el mundo” Editorial AIQUE. Buenos Aires.
J.E. Schulenberg; P.M. O´Malley; J.G.Bachman; L.D. Johnston (2003) “How academic achievement, attitudes, and behaviors relate to the course of substance use during adolescence: a 6 years, multiwave national longitudinal study” Journal of Research on adolescence, nº13. Pág. 361- 397.
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