LA UTOPÍA DEL SIGLO XXI
Hablamos de racismo, de diferencias, de multiculturalismo…es curioso, porque ayer iba por la calle, dirección al cine, y me encontré, en medio de la carretera, un grupo de niños o más bien jóvenes, porque ya no eran tan pequeños, pegándose. Y pensé, ¿cuándo la palabra deja de tener efecto, para dar paso a los puñetazos?
No sabía el motivo de aquella pelea, ni el inicio, pero todos estos días estamos hablando de respeto hacía otras razas o hacía ciertas diferencias, sin darnos cuenta que eso que pedimos, no existe ni entre personas “iguales”.
Aunque supongo, que como ya hemos dicho en clase, todos somos diferentes y seguramente cuando se llega a las manos existe una diferencia de poder, fuerza, número de amigos que te acompañan, etc.
No sé como expresarme, estoy indignada, estamos viendo diferentes formas de ver la vida, como nos enriquecen, valores que se deben rescatar… y luego sales a la calle y te das cuenta de que la sociedad en la que vivimos, esta guiada por locos, que como estandarte tienen la palabra violencia, y que no importa el de donde vengas ni lo que pienses. Es el poder, es en realidad, sentirse superior ante los demás, porque al fin y al cabo, es lo que se busca cuando te enzarzas con una persona, el quedar por encima, el demostrarle, y lo diré entre comillas, “quien manda”.
A veces pienso, que las personas hemos perdido el norte, que algunas tienen una brújula para poder guiarse, otras piden ayuda y el resto, simplemente, no saben ni que están perdidos.
El interculturalismo, es un sueño, una utopía. Se puede tratar de educar para que las diferencias entre individuos iguales de una misma especie sean menores. Pero el ser humano, en el siglo XXI, igual que podemos decir que es un animal social, también podemos decir que es un animal violento.
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