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EL RINCÓN DE MIS PENSAMIENTOS

ENTRE LA LUZ Y LAS SOMBRAS

ENTRE LA LUZ Y LAS SOMBRAS

Aquella noche todo parecía igual que las anteriores. La casa estaba en silencio y la única luz que existía en aquella habitación era la que se desprendía de una vela olor canela. No sabía muy bien por qué, pero siempre le había gustado refugiarse en esa luz tenue cuando caía la noche. Parecía como si todo lo malo no pudiera llegar hasta ella, como si todas las cosas terribles que veía a través de la televisión cuando observaba las noticias, no pudieran alcanzarla porque simplemente, estaba demasiado oscuro para dar con su pequeño rincón. Sin embargo, ella, nunca se perdería, porque conocía cada distancia, cada esquina, cada mueble…

 

Pero a pesar de toda esta cotidianidad, ese día le faltaba algo, echaba de menos a la persona con la que había compartido cada momento durante aquellos días de vacaciones. Es cierto, que cuando comenzó a aparecer por su casa, la espera a que llamara al timbre se le hacía eterna, y que cuando llegaba tenía que abrir su pequeña casita de papel a sus costumbres, a sus horarios, y sobre todo a sus marchas. Eso era lo más duro, decirle “hasta luego” cada vez que se marchaba por la mañana y volver a la rutina durante el día, aunque siempre le quedaba la esperanza de que al caer la noche el volvería a su lado.

 

Ahora, ya era de noche, y él no estaba allí, tampoco le esperaba, ni anhelaba a que en cualquier momento el timbre sonase, porque sabía que era imposible. Solo le quedaba esconderse en su luz, taparse con la manta y echarle de menos, porque en realidad, eso era lo que hacía cada vez que no estaba a su lado, echarle de menos, pensar en él, leer el libro que tan insistentemente le había recomendado e intentarle buscar en aquellos personajes ficticios que cobraban vida detrás de su rostro. Porque ella creía que si un libro te gusta es porque dentro de él, hay algo tuyo: una esperanza, un deseo, una aspiración, alguien que te hubiera gustado ser…y eso era lo que hacía, intentar escudriñar que era lo que a él le podría haber gustado, adivinar que sentía él cada vez que leía aquellos capítulos.

 

De esa forma, que a los demás le puede resultar tan tonta, ella se sentía que estaba a su lado, compartiendo aquellas aventuras que narraba Arya o Jon, pensando que hubiera dicho él cuando descubrió de quien era el verdadero hijo de la reina, o viendo al enano lo ingenioso que era y cómo siempre conseguía, a través de su intelecto, salir ileso de cada apuro.

 

No iba a venir. Esa noche dormiría sola entre sus sabanas, pero sin duda, sabía muy bien a quién iba a añorar siempre en ese pequeño rinconcito de sí en el que siempre le aguardaba a él.

UN BOCETO DE TÍ

UN BOCETO DE TÍ

Tumbarme sobre ti, con la cara apoyada en tu pecho y escuchar tu corazón. Notando el ritmo que marcas, percibiendo como va ralentizándose a medida que vas cerrando tus ojos. Notar cuando suspiras, cuando bostezas, cuando tus brazos me rodean y dejar que me invadan todas las sensaciones que acuden a mí.

 

Noto tu piel, tu calor, cada uno de tus movimientos, como algo efímero que no puedo dejar escapar, y quiero mantenerlo en mi recuerdo para cuando te hayas marchado, poder tenerlo como consuelo.

 

Pero no sirven, son vanos intentos por intentar recrearte, aunque mire tu foto una y otra vez, no se parece en nada a la imagen que ha creado mi cerebro. No eres un simple retrato que sonríe en un papel, eres tú, lo que te hace ser tan especial.

 

El otro día me preguntaste “¿Qué piensas?”, y te dije “En nada”, pero en realidad, estaba pensando en esto, es describirte, si algún día alguien me pidiera que le dijera que es lo que me gusta de ti ¿qué le diría?, comencé por describirte por cualidades, adjetivos que irían saliendo de mi boca sin encontrar la más mínima dificultad: es generoso, positivo, amable, alegre, leal, honesto, cariñoso, afable,…,

 

Luego pensé que también diría cualidades físicas o rasgos que me llaman la atención: tiene una boca  preciosa, siempre tiene una sonrisa en su cara. Tiene unos ojos que parecen tristes porque están como caídos, en cambio,  nunca dirías que le pasa nada, porque siempre tiene esa chispa y esa mirada juguetona que le acompaña. Tiene una espalda ancha que cuando te abraza parece recogerte en una especia de cueva, en la cual te podrías esconder y refugiarte siempre, tanto que a veces, te da tanta pereza salir que te quedarías allí el resto de tu vida. Es muy fuerte, casi como un super héroe, siempre te abriría los botes que se te resistieran sin el más mínimo esfuerzo, parece que vuelas cuando te coge y te da una vuelta por los aires.

 

Y más tarde,…, sus pequeños o grandes detalles. No te regalaría cosas sin venir a cuento todos los días, pero siempre tiene esa palabra justa, que deja escapar en el momento que la necesitas. O ese beso que rompe con tu mal día. Esa mirada implacable haciéndose el enfadado cuando te escucha decir algo que no le gusta, y que por mucho que lo intenta no aguanta con ella mucho tiempo. Las vueltas que tiene para dar a un tema, con el solo fin de discutir por el placer de discutir, y como al final comienza a reírse dándote la razón. Como puede ser el más perezoso de todos los hombres del planeta y como de repente reúne todas las fuerzas para ponerse en marcha, para que al final, la que parece perezosa, seas tú. Las historias que cuenta sobre temas que aunque parezcan no tener relevancia para ti, acaban siendo apasionantes por toda la emoción que pone. La seguridad que muestra siempre en contrapartida con las dudas que tiene cada vez que se le presenta ante él varios personajes. Como siempre está dispuesto a hacer cosas por ti sin pedir nada a cambio, creo que no he conocido nunca a nadie tan poco egoísta como él. El amor tan grande que guarda a cada miembro de su familia. La carilla que pone cuando sabe que te encuentras mal y está dándole vueltas para hacer que esa situación cambie…

 

Con adjetivos, con rasgos físicos, con detalles y actitudes que tienes ante la vida, no consigo describirte, no podría decir que es lo que hace que seas tan especial, porque muchas veces estas pequeñas cosas son las que te hacen ser tú.

 

Es tan difícil decir que es lo que me gusta de ti, porque no consigo verte entre estas palabras, solamente hago un boceto bastante alejado y pobre de ciertos comportamientos que tienes. Así que, prefiero quedarme como siempre, con mi cara en tu pecho mientras escucho tu corazón, porque en ese momento te escucho a ti, a tu piel, a tu olor, a la calma, a tus manos rozándome, el ritmo de tu respiración, tu voz susurrándome palabras, tu…

 

PD: siempre cuando intento escribir de ti, es cuando me siento más torpe y noto que las palabras no salen de mis dedos, no escribo, me quedo mirando por la ventana en un barullo de sentimientos, recuerdos e imágenes, así perdona por este intento de describirte…

LA IMPERFECCIÓN DE LA PERFECCIÓN

Aquel era mi mundo. Un mundo donde los sentimientos eran artificiales, todo estaba plagado de movimientos lentos y las palabras siempre eran cordiales y educadas. Cualquiera podría haber pensado que era un lugar ideal, nunca había ningún problema, todo era perfecto. Y para mí, aquello era la mayor imperfección. Nunca podía enfadarme, y si lo hacía nadie podía pensar que estaba loco, porque no estaban preparados para ello, solo recibía palabras que me decían “Lo siendo señor, si os hemos molestado. No volverá a ocurrir. Muchas gracias por su sugerencia”. ¿Mi sugerencia? ¿Había hecho alguna? No recordaba nada, cualquier cosa que imaginaba, cualquier cosa que esperaba, aparecía al día siguiente como por arte de magia.

No luchaba, no tenía sueños, ¿aspiraciones? Una simple ilusión. Recuerdo que un día vi una película en el cine “El show de Truman” me pareció algo fantástica, ¿cómo una persona no iba a ser consciente de que vivía en una serie de televisión? Y ahora era yo, el que al cabo de los años se daba cuenta de que había vivido todo una vida en un sitio que no le correspondía, no era su lugar, el no era perfecto y odiaba el que todo a su alrededor careciera de errores. Suplicaba porque alguien se sintiera como yo, que pudiera amar, que pudiera odiar, que no fuera una simple maquinaba que jugaba a recrear expresiones.

Busqué por todos los rincones, y en cada uno de ellos me encontraba siempre con alguien que se me acercaba y me preguntaba “¿Desea algo señor? ¿Le puedo ayudar?” no, no quiero ayudas, quiero gritar, quiero que alguien me diga que me vaya, que no me atienda, quiero que alguien se cuele cuando voy a comprar el pan, quiero ir a la parada del autobús y que alguien me hable simplemente porque se aburre y me moleste cuando intento leer el final de un libro, quiero tantas cosas que no me podéis dar…

Mis conversaciones siempre terminaban con reproches que me hacía a mi persona, soy una inconformista sin remedio, nunca me gusta nada, siempre quiero salirme con la mía, aunque todo sea perfecto busco la imperfección, y entonces al pensar en ello me di cuenta, ¿Acaso no era el mundo más imperfecto que existía? ¿Por qué me quejaba de su perfección si nunca para mí, esas situaciones que vivía diariamente, podrían ser perfectas? ¿No sería que el que estaba empeñado en alcanzar ese ideal era yo? Así pues, la pieza que no encajaba era yo mismo, porque aspiraba la perfección en un mundo imperfecto, y ¿no es lo que pasa siempre en la vida real?

CADA DÍA MÁS ENGANCHADA (ES MENTIRA, YA SOY ADICTA :)

CADA DÍA MÁS ENGANCHADA (ES MENTIRA, YA SOY ADICTA :)

La saga de Canción de Hielo y Fuego transcurre principalmente en los Siete Reinos de Poniente, un continente aproximadamente del tamaño de Sudámerica con una antigua historia que se remonta a 12000 años atrás. La historia cuenta cómo siete reinos acabaron dominando este continente, y después cómo estas naciones fueron unificadas por Aegon el Conquistador, de la Casa Targaryen, llegada desde el continente vecino luego de la caída de Valyria. Doscientos ochenta y tres años después de la conquista de Aegon, los Targaryen fueron derrocados por Robert Baratheon en una guerra civil conocida como la Guerra del Usurpador.

Robert Baratheon accedió al Trono de Hierro tras vencer en combate singular al príncipe Raeghar de la Casa Tagaryen en la Batalla del Tridente y gracias al respaldo de su amigo Lord Eddard Stark, de su padre adoptivo Lord Jon Arryn y de la traición al rey Targaryen realizada por el joven Ser Jaime Lannister, miembro de la Guardia Real (de ahí su apodo "Matarreyes") y futuro cuñado de Baratheon, que se casaría con su hermana gemela, Cersei Lannister. Las novelas, que comienzan quince años después, siguen las consecuencias de este evento a través de tres arcos argumentales principales, que transcurren no sólo en Poniente sino también en parte del continente oriental.

El primer arco argumental transcurre en los Siete Reinos y cuenta la lucha a múltiples bandas por conseguir el Trono de Hierro después de la muerte del Rey Robert. El primero que reclama el trono es su hijo adolescente Joffrey, apoyado por la poderosa familia de su madre: la Casa Lannister. Sin embargo, Stannis, uno de los hermanos de Robert, arguye (correctamente) que los hijos de Robert son en realidad el producto de la relación incestuosa entre la reina y su hermano Jaime y reclama el trono para sí mismo. Su hermano menor, Renly, también reclama el trono para sí, con el apoyo de la poderosa familia de su esposa Margaery, la Casa Tyrell. Mientras tanto, Robb Stark, el heredero de Lord Eddard Stark, es proclamado Rey en el Norte, ya que los norteños buscan volver a ser independientes del Trono de Hierro. De forma similar, Balon Greyjoy también reclama el trono (y la independencia) de su propia región: las Islas del Hierro. La Guerra de los Cinco Reyes es el principal arco argumental en las novelas segunda y tercera.

El segundo arco argumental transcurre en el norte de Poniente. Aquí, hace 8000 años se construyó un enorme muro de hielo para defender Poniente de la amenaza de los Otros, una raza de seres malignos que son capaces de crear muertos vivientes y acechan en las frías noches más allá del Muro. El Muro se extiende a lo largo de casi 500 kilómetros y tiene una altura de más de 200 metros. Está defendido por los hermanos juramentados de la Guardia de la Noche, que está muy escasa de efectivos en los años en que transcurren las novelas y vive bajo la amenaza de los humanos "salvajes" (que se llaman a sí mismos "el pueblo libre") que viven más al norte. Este arco sigue principalmente a Jon Nieve, hijo bastardo de Lord Eddard Stark, mientras asciende en la jerarquía de la Guardia de la Noche y comprende la verdadera naturaleza de la amenaza de más allá del Muro. Al final de la tercera novela, este arco se ha ido entrelazando más y más con la guerra civil en el sur de Poniente.

El tercer arco argumental transcurre en el continente oriental y sigue a la princesa exiliada Daenerys Targaryen, la última descendiente de la Casa Targaryen, que reclama también el Trono de Hierro. La historia de Daenerys sigue su ascenso al poder, desde sus principios como fugitiva trotamundos y atormentada por su hermano Viserys, hasta convertirse en una reina poderosa y astuta que además posee los últimos dragones vivos. Aunque su historia está separada del resto por miles de kilómetros, su objetivo es reconquistar el Trono de Hierro. No es muy conocida en Poniente, pero el caos provocado por las dos guerras civiles ha hecho que el pueblo llano anhele la estabilidad que proporcionaron los Targaryen (al menos los primeros de sus reyes).

La "canción de hielo y fuego" se ha mencionado únicamente dos veces en la saga. La primera de ellas, en una visión que tiene Daenerys en Choque de Reyes: "Él es el príncipe prometido, y suya es la canción de hielo y fuego", palabras pronunciadas por un Targaryen (probablemente el difunto hermano mayor de Daenerys, Rhaegar Targaryen, sobre su hijo Aegon). Se deduce que hay una conexión entre la canción, la promesa y la misma Daenerys. Esto se ve con más claridad en Festín de Cuervos cuando Aemon Targaryen identifica a Daenerys como el "príncipe que fue prometido", aunque no está claro si la profecía del Príncipe que fue Prometido es la misma que la de la Canción de Hielo y Fuego. La otra ocasión en la que se menciona la canción de hielo y fuego es en el juramento de lealtad de los hermanos Reed a Brandon Stark en Choque de Reyes.

 

(información sacada de la wikipedia, no he querido leer nada por si me decía algo que no había leído todavia....así que espero que lo deje en buen lugar y que sea fiel al argumento, jijiji)

EDRA

Aquel día me levanté sin saber nada de mí, de quién era, de mi pasado. Me encontraba sola entre una espeso bosque, con una gran luna llena en lo alto que me alumbraba y me hacía entrever lo tétrico de aquel escenario. Me puse en pie y comencé a caminar. No tenía rumbo, no tenía ni idea de donde estaba y a donde me dirigía, pero sabía que no podía quedarme tumbada en aquel manto de hojas durante mucho tiempo.

 

Poco a poco fue amaneciendo y encontré un arrollo, me dispuse a lavarme la cara y a intentar refrescarme. Cuando me acerqué vi mi cara reflejada en sus aguas, pero no sabía muy bien a quien correspondía. Tenía los cabellos de un color negro azulado bastante oscuro, y los ojos de un azul muy claro, y la cara llena de tierra. Tenía pequeñas heridas a lo largo de mi brazo e intente lavármelas lo mejor que pude. Una vez que hice todo esto, intente buscar algo de desayuno, puesto que comenzaba a sentir cierta fragilidad y mucha hambre.

 

En mi camino solamente encontré algún que otro árbol que daba una especie de frutos bastante raros con un sabor muy amargo, sin embargo cuando la necesidad aprieta…, cualquier cosa es bien recibida. De esta forma, llegue a un pequeño pueblo, de casas de madera y suelo de piedra. Decidí entonces, comprar algo para poder alimentarme, algo de ropa, algunas gasas para cubrirme las heridas e impedir que se me infectarán, etc. pero no tenía dinero y parecía que nadie estaba por la labor de hacer un poco de caridad. Así pues, tome la decisión de robar todo lo que necesitaba en una pequeña tienda que se encontraba cerca de la plaza mayor del pueblo.

 

El tendero era un señor bastante corpulento, con un largo bigote y con cara de muy pocos amigos, pero se le notaba bastante estúpido y no creí que me fuera a pillar extrayendo algunos de sus productos. Lentamente, fui cogiendo todo lo que necesitaba sin que se diera cuenta, me sorprendí por mi gran agilidad y por mi rapidez y soltura a la hora de guardar todo lo que necesitaba en una pequeña bandolera que llevaba a mi lado derecho.

 

Para disimular un poco, le hice alguna pregunta sobre algunas cosas de las que me había cerciorado previamente que no tenía. Así pues, puse una expresión en mi cara de “¡Oh!, que pena…con lo mucho que lo necesitaba…” y despidiéndome de él, me largué de allí de forma tranquila, sin crear la menor sospecha del primer delito que había cometido desde que tenía memoria.

 

Caminando por el pueblo, les pregunté a las gentes que deambulaban de un lado a otro, si conocían algún pueblo cercano, si me habían visto alguna vez, o si echaban a alguien de menos en el lugar, que pudiera coincidir conmigo. Sin embargo, a nadie le parecía importar mucho una muchacha perdida, y nadie me reconocía. Me sentía como un fantasma, una persona que ha dejado de existir y que suplica a los demás que le den una identidad, porque en aquellos momentos me daba igual ser una panadera, una lavandera o incluso una prostituta, porque si fuera algo de esto sabría quien soy y podría cambiar las cosas, pero de esta forma, no existía para nadie.

 

Invisible ¿Cuántas veces hemos deseado ser invisibles en alguna ocasión para que nadie se enterara de lo que hacíamos? Ahora yo tenía este don, esta ventaja, aunque denegaba de ella y rezaba porque algún día alguien me dijera: “¡Ey, espera! Te conozco eres la hija de la señora María, ¿qué tal te va?”. Pero por el contrario esto nunca sucedía, las únicas noticias que pude obtener relacionadas con mi pasado es que debía de proceder de Kanon, la capital de Moth, porque allí es donde solían nacer todos los de mi raza.  Yo era de etnia gitana y eso parecía que a la gente le repudiaba, así que me trataban con desprecio y jugaban conmigo al juego del escondite, según iba andando sentía como los demás se apartaban, estaban muy ocupados para poder atender a mis preguntas, justo en ese momento cerraban sus puestos, etc.

 

¿Creían que me iban a insultar con su exclusión? ¿Qué me iba a sentir mal ante estas reacciones? Pues la verdad, es que sí. Me hervía la sangre cada vez que recibía un insulto, una mirada de desdén. Yo sólo intentaba acercarme a la gente para pedir ayuda, y ellos me la denegaban de la forma más cruel que existía.

 

Finalmente tome una decisión, si no me daban la información que pedía educadamente recibirían mi  gran aportación para ayudarles y que no me vieran más, puesto que les mataría. Total, ya me daba igual todo. Era, como he dicho anteriormente, invisible.

 

Todavía recuerdo mi primer asesinato, era una vieja muy estirada, a la que parecía que el llevar la ropa limpia y un gran moño encima de la cabeza era su gran preocupación. ¿Hablar conmigo? “Por favor, yo no me rebajaría a hablar con alguien como tú en la vida, pequeña desgraciada” me había contestado ante mi petición de si me podía ayudar. En realidad, creo que esa mujer se merecía ser más invisible que yo.

 

A lo largo de los años, descubrí algunos datos, como que mi familia eran nómadas y que posiblemente ya no vivieran cerca de aquel bosque donde un día desperté, o que tenía tres hermanos y dos hermanas, un bonito perro y vivíamos en pequeñas tiendas que íbamos construyendo. Aunque todos los datos, carecían de cierta fiabilidad, puesto que muchas cosas que me contaban los aldeanos y las aldeanas, eran porque estaban bajo amenaza de muerte y tenían que decir algo sino querían que acabará con su vida en esos instantes.

 

Una leyenda muy curiosa que descubrí, es que cerca de aquellos lugares, existía una ciudad muy antigua llamada Graven, y todos los que habían llegado hasta ella y conseguido escapar no recordaban nunca el lugar donde se encontraban… ¿Y si yo hubiera estado allí? ¿Y si mi memoria, por un error, hubiera borrado más de la cuenta?

 

Todavía tengo mucho que descubrir, aunque por ahora, la vida que estoy creando es de una asesina gitana, a la que la gente desprecia, porque piensa que mi única meta es robarles todo lo que poseen, y la verdad, es que llegados a este punto, no es una idea tan descabellada.

MUERTO HASTA EL ANOCHECER

MUERTO HASTA EL ANOCHECER

Sookie Stackhouse es una camarera con poder para leer la mente. Siempre acaba sabiendo más de lo que le gustaría de la gente que le rodea. Menos de Bill Compton, porque su mente, la de un vampiro que trata de reinsertarse en la sociedad, es impenetrable. La aparición de un asesino en serie complica las cosas.

PROGRAMAS DE INTERNVENCIÓN EN EL MALTRATO

En este comentario crítico de las lecturas de esta sesión me he centrado, sobre todo, en divisar las diferencias que pueden acarrear los dos tipos de programas de intervención que se nos presentan.

 

Así pues, a lo largo de las dos lecturas previstas para tratar este tema, encuentro primeramente dos posturas a la hora de intervenir en el maltrato por abuso de poder que se da en las escuelas:

 

-          La primera de ellas y que se encuentra en el artículo de “Knowledge, use of and attitudes towards peer support: a 2- years follow to the Prince´s Trust survey”, es que se centra mucho en aquellos sujetos que son o bien víctimas o bien agresores, y en cómo se puede mejorar  su situación partiendo de un sistema de apoyo.

-          Y en la segunda “ Using EQUIP for educators to prevent peer victimization in secondary school”, la intervención se realiza en un plano mucho más global, es decir, no se centra tanto en aquellos que sufren o producen el maltrato, sino que aborda el problema desde el contexto, la conciencia y el clima del aula, puesto que se considera que si estas variables mejoran, también se reducirán las situaciones de maltrato.

 

Otra diferencia que encuentro básica entre los dos programas de intervención que se llevan a cabo es la finalidad que tiene cada uno, es decir, los dos pretenden reducir el maltrato, pero ¿de qué forma?  Considero que el primero, el que presenta un sistema de apoyo para víctima o agresor, va mucho más enfocado a “reducción del daño” o a “remediar el problema”, en cambio el segundo que se nos presenta va encaminado a prevenir esas situaciones en las que se puede llegar al maltrato. Por ello, creo que este último, el programa EQUIPAR sería mucho mas beneficioso, porque no pone etiquetas, aborda el problema desde las relaciones y el clima del aula, y se centra más en la prevención, aspecto que me parece importantísimo a la hora de intervenir.

 

Asimismo, como hemos venido diciendo a lo largo del curso, pienso que al no haber un perfil claro y unas características que se puedan atribuir a aquellos que maltratan o a los que son maltratados, es importante que los destinatarios con los que actuemos y realicemos estos programas de intervención deban ser la población escolar. Puesto que además, puede que muchos de ellos puedan ser testigos de lo que está pasando y es clave su intervención para poder reducir estas situaciones.

 

Como comenté en clase, en estos casos en los que se van a desarrollar programas de estas características me parece vital el conocer la cultura del centro, las relaciones que se están dando en el aula, el clima, los valores, las creencias, las normas de convivencia que se exponen en el centro, etc. puesto que esto, nos va a dar “pistas” de aquellos aspectos que serían importantes trabajar, de que carencias pueden existir, o de que influencia puede tener en las relaciones que se están creando tanto de alumnos-alumnos, como de alumnos- profesor.

 

Es decir, considero que tenemos que ser conscientes de que no hay una fórmula mágica, un programa que estemos seguros de que va a funcionar en cualquier colegio independientemente de las circunstancias que le rodeen, puesto que en cada uno de ellos, y como hemos hablado igualmente muchas veces de la enseñanza, ese programa se tendrá que adaptar a las necesidades de los alumnos, y partir de ellos mismos, de lo que consideran importante, de lo que demandan, para intentar dar respuesta y que el programa sea eficaz.

 

Además, también sería conveniente estudiar y analizar la percepción que tienen los alumnos y alumnas, y la profesora sobre los programas que se realizan en el aula y en el centro, puesto que al analizar sus creencias, lo que ven, lo que reciben podríamos presagiar de alguna forma la continuidad y el éxito del programa, y comprobar que si estas perspectivas son positivas es probable que la intervención no quede como algo puntual y extraviado dentro de la escolaridad. Y de esta forma, poder también, evaluar el verdadero efecto de nuestra intervención.

 

Centrándonos en este tema de los alumnos y alumnas y los profesores, me llama también la atención la pregunta de ¿cómo se sienten ellos ante la diversidad de programas que se ofertan? Es decir, ante los dos programas que se presentan en las lecturas, ¿cuál prefieren? En aquel que hace referencia a los programas de apoyo, se percibe como el alumno/a debe ir a una sala aparte, o pedir ayuda a otro alumno que recibe un entrenamiento, pero siempre se le ve “sólo ante el peligro”, es decir, debe decidir pedir esta ayuda, tiene que pensar en sí le ve alguien o no cuando va, qué consecuencias puede traerle su actuación, que otros caminos tiene para poder solventar su problema, etc. en cambio a través del otro programa más preventivo, todos pueden recibir esta ayuda, no está focalizada, el sujeto no piensa en que tiene un problema, o es diferentes, no se le va a etiquetar, porque es una acción destinada a todo el grupo. Y esto es clave, porque como venimos diciendo el maltrato se produce dentro de las relaciones que se producen en un grupo, así pues para intervenir tendremos que tener presente esta idea, y partir del grupo para poder conseguir mejorar las relaciones y hacerlas más igualitarias, sin que haya tantas diferencias en el poder que puede regentar cada uno de los alumnos o alumnas.

 

Finalmente,  y para concluir, me parece muy importante hacer énfasis en varias cosas que se han podido ver a lo largo de mi comentario, y son: los programas deberían tener un carácter preventivo, deberían estar focalizados a toda la población escolar, es decir, tanto a alumnos/as como a profesores/ as, deben partir de las necesidades de cada grupo, se deben tener en cuenta aspectos como la cultura o el clima (tanto escolar como de aula), y debemos contar con la percepción de los sujetos protagonistas, para de esta forma poder evaluar el programa y su efecto en las relaciones que se mantienen tanto dentro como fuera del espacio escolar.

BIBLIOGRAFÍA

 

ü  COWIE, H; NAYLOR, P; TALAMELLI, L; CHAUHAN, P & SMITH, P. K. (2002) Knowledge, use of and attitudes towards peer support 2 years follow- up to the Prince´s Trust survey. Journal of Adolescence, 25, 453- 467

ü  VAN DER MEULEN, K; GRANIZO L & DEL BARRIO, C (2009) Using equip for educators to prevent peer victimization in secondary school. Journal for research in character education

 

MARCO PARA UNA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN EL MALTRATO

Para comenzar quiero primeramente recalcar la importancia de este tema, que a mi parecer resulta primordial, es decir, la investigación tiene que servir para algo, el conocimiento que obtenemos de la realidad nos tiene que ser útil para poder mejorar aquello que sea negativo Por ello, me parece tan adecuado el estudio de la intervención que se pone en práctica, para conseguir: la mejora de la convivencia, la resolución de conflictos, para reducir el maltrato entre iguales,…, es decir, servirnos de la realidad para construir conocimientos, pero también devolverle aquello que construimos. En definitiva, un paso más allá de lo simplemente descriptivo, o de los porcentajes que  nos dicen que se da con mayor frecuencia.

 

Dentro del texto se nos exponen una serie de modelos desde el cual llevar a cabo esta intervención para conseguir una mejora de la convivencia, exponiendo así por ejemplo, nos encontramos con los que sugiere Sullivan (2000):

 

-                Enfoque punitivo.

-                Enfoque de consecuencias.

-                Enfoque de los sentimientos.

 

O los que exponen Torrego y Moreno (2000), que los diferencia igualmente en tres categorías:

-                Punitivo- sancionador.

-                Relacional.

-                Integrado.

 

En mi búsqueda por posicionarme en alguno de los enfoques me encontré ante un dilema puesto que al leer el de Sullivan encontré claramente que estaba a favor del enfoque de los sentimientos, puesto que estoy de acuerdo con que el castigo o las sanciones no sirven de nada  porque en ellos se pierde a la persona, es decir, se trabaja de forma tan burocrática que acaba desapareciendo el alumno o la alumna que ha tenido el conflicto, o que ha tenido alguna conducta disruptiva en el aula, etc. y por otro lado el de las consecuencias no creo que alguien que cometa una falta continuada le valgan estas consecuencias, es decir,  el que continuamente comete una “infracción” y recibe como respuesta una sanción acaba por minimizar o quitarle importancia a los efectos o resultados de su acción.

 

Por ello, al intentar intervenir desde el punto de vista de las relaciones, se deben cuidar estos compromisos que se establecen en las interacciones positivas, mantener la confianza que se deposita en los demás, y como se dice en el texto “humanizar la relación”, pienso que esto  más interesante, y más beneficioso para todos los protagonistas que entran a formar parte de la institución. Porque al final, la escuela es un lugar socializador, que debe preocuparse por los conocimientos que el alumno o alumna aprenda, los contenidos que se den, pero también y sobre todo, debe preocuparse de que se trabaja con personas, que se les debe proporcionar recursos y apoyos para mejorar su calidad de vida, y que al ser inseparables de una sociedad, muchas de esas estrategias que se ofrezcan desde este lugar deben ir dirigidas hacia esa meta u objetivo.

 

Igualmente, dentro de los enfoques que presentan Torrego y Moreno (2000) encuentro que el punitivo, es comparable o igual con el que expone Sullivan. Aunque dentro de los dos siguientes encuentro una diferencia, puesto que si me tuviera que posicionar no se exactamente donde lo haría.

 

El enfoque relacional me parece vital en el sentido de que introduce, como se dice en el texto, tres conceptos: reparación, resolución y reconciliación de los pares. Y me parece muy importante que el alumno o alumna que es víctima pueda como se dice “recibir una restauración material, inmaterial, o moral por parte del agresor”, es decir, trabajar con las relaciones que se crean dentro del grupo, considero que es una parte fundamental de la intervención que tenemos que tratar, aunque como pega, me parece que en muchos casos esta moral autónoma, y este lugar de dialogo que hay que encontrar dentro de la escuela es difícil conseguirlo, no por tiempo o por energía como se expone en el texto, sino más bien por experiencia, tradición, rapidez, orden de prioridades, exigencias desde la sociedad, cultura etc. es decir, queremos que los alumnos aprendan rápido aquellos contenidos que aparecen en el currículum y se entiende que para ello no podemos perder tiempo en cosas como las relaciones que se crean dentro o fuera del aula, entre compañeros o, profesores y alumnos/ as. Por esta razón, lo veo complicado el llevarlo a la práctica.

 

Por otro lado, encontramos el enfoque integrado, que me parece una mezcla entre el sancionador que proponen estos autores, con el de los sentimientos de Sullivan, porque se basa en unas normas y en su establecimiento, pero partiendo de los propios sujetos que deben, por un lado participar y  por otro, formar parte de estas “leyes” que están construyendo. De esta forma, se crean límites o reglas pero a partir del propio grupo, y dentro de estas, se tienen en cuenta las aportaciones y circunstancias de cada individuo.

 

Por esto, no encuentro que se deba polarizar tanto los enfoques, sino que se puede llegar a crear una forma de intervenir cogiendo aquellos aspectos positivos que se muestran en cada uno, por ejemplo, encuentro normal que haya normas, puesto que dentro de  los grupos se forman de forma espontanea aunque no las veamos, por ello el crearlas, me parece buena idea siempre que se realice de forma colaborativa y donde exista un grado pleno de participación. Por otro lado,  el tener en cuenta las consecuencias de las acciones ayuda a que las personas seamos más reflexivas, y a lo mejor el centrarnos más en las posibles consecuencias que puedan tener nuestros actos a nivel de relación sea más importante que el mirar los efectos de forma personal, es decir, para poner un ejemplo: va a ser más importante mirar las consecuencias que puedo provocar a alguien si le pego todos los días en el recreo, que el que me puedan poner una notificación o un parte por pegar a un compañero. Esto irá directamente relacionado con las relaciones y la convivencia que se dé en los centros.

 

Asimismo, si atendemos a los ejes en los que se van a basar las intervenciones, y que se exponen igualmente en la lectura, encontramos varios, como son:

 

-          Naturaleza: personal o relacional.

-          Finalidad de la intervención: remediadora o preventiva.

-          Carácter: hacía individuos aislados o sistémica.

-          Implicación del conjunto de la comunidad escolar en las decisiones relativas a la convivencia: autoritario o participativo

-          Tipo de sanción: punitivo o reparador.

 

Dependiendo de donde nos situemos vamos a encontrar resultados totalmente diferentes, porque nuestros objetivos serán distintos, y a mi forma de ver, el más sancionador estaría buscando acabar con la diferencia, expulsar todo aquello que no se mantenga igual a la “norma” y excluyendo a todo el que no forma parte de un patrón establecido, por lo tanto estaríamos promoviendo desde el centro escolar un ejemplo, de lo que precisamente, no queremos que se reproduzca en los alumnos. En cambio el educativo, lo que va a buscar es educar para la inclusión, el aceptar y valorar la diferencia, el humanizar las relaciones, y hacer que el espacio de la escuela sea algo más que un lugar donde se imparten conocimientos.

 

Teniendo en cuenta las medidas que se deben llevar a cabo a la hora de intervenir (“toma de conciencia de la situación de la convivencia en el centro, actuaciones en el conjunto del centro, actuaciones en el aula, actuaciones con las familias y el entorno social, evaluación de la intervención”) me parece importante esta primera revisión que se hace sobre el diagnóstico de la situación y de las concepciones de las que se parten en el centro, puesto que así podremos mejorar nuestra intervención ajustándolas a las necesidades que se crean dentro del centro, y de esta forma, mejorar la implicación de todos los agentes en su desarrollo, llegando al siguiente punto de “ actuaciones en el conjunto del centro”. Es decir, el cambio debe ser global y no sirve que se haga en una pequeña parcela, puesto que las concepciones y creencias suelen estar muy arraigadas y para poder modificarse necesitan un cambio completo de estructuración y de cultura, que haga posible a continuación, un nuevo establecimiento de conductas, de valores, de formas de actuar, etc.

 

Sin olvidarnos, en ningún momento, que nos movemos dentro de una sociedad, la cual va modificándose y va a ir teniendo repercusiones o influencias dentro de nuestra cultura, y que tenemos que tener en cuenta, que aquello que respondamos desde nuestra intervención va a tener que ir reformulándose a lo largo del tiempo,  es decir, no es una “fórmula mágica” sino que tiene que ser el producto de un trabajo continuo de adaptación a las necesidades de las que se parten y a las metas que se buscan y se replantean en cada momento.

 

Igualmente, todo lo que se proponga en el centro, y todos los cambios que se quieran introducir, deben estar reflejados en el aula y en la actitud de los profesores. Puesto que no vale “predicar” los valores, o las creencias, cuando no lo seguimos con el ejemplo, por ello, estoy de acuerdo con dos aspectos:

 

-          Se debe hacer hincapié con la formación del profesorado, puesto que muchos se sienten perdidos ante estos cambios que se producen en la sociedad y acaban comportándose de una forma muy tradicional y autoritaria, creyendo que está dará los resultados que ellos esperan y frustrándose al ver que los resultados son totalmente lo contrario.

-          Debemos introducir esa nueva intervención dentro del equipo docente, es decir, debemos ser coherentes con nuestra práctica y lo que inculcamos. Así pues, si creemos que el aprendizaje cooperativo es importante para las relaciones que se crean en el grupo y favorece en la mejora del clima escolar, entonces también es importante que los docentes trabajen de esta forma. O si pensamos que las dinámicas del grupo influyen en nuestro trabajo y que la exclusión puede provocar daños a la víctima, entonces no excluir tampoco a ninguno de nuestros compañeros.

 

Es decir, yo como alumna me he sentido muy defraudada cuando he visto a profesores que intentaban promover unos valores y unas ideas que luego comprobabas que ellos no los llevaban a cabo. Por ejemplo, el hablar de que había que escuchar a los alumnos, partir de sus propias necesidades, para luego comprobar que a nosotros nunca se nos había preguntado nada, y nuestras clases estaban muy jerarquizadas. Entonces caías en la incoherencia, en no entender  que si lo que promovían estaba tan bien porque no lo hacían, y te planteabas los verdaderos efectos que podían tener, o las dificultades que se podían encontrar en el proceso. Así pues, al final te quedas muchas veces con las ideas previas que tenías y no realizas ese cambio de concepción.

 

Llevando este ejemplo al tema del que estamos tratando a lo largo de esta lectura, creo que puede ocurrir lo mismo, es decir, si llevas a cabo una intervención pero no se produce un verdadero cambio de concepción, entonces la intervención, aunque haya tenido buenos resultados en ese momento, pienso que no proliferará y se quedará en ese acto puntual.

 

También, recalcar el papel de las familias, porque igual que el profesor no puedo contradecirse a sí mismo y entrar en la incoherencia, es fundamental, que tanto la escuela como la familia vayan unidas y se pongan de acuerdo en ciertos valores que se quieren inculcar. Al igual que establecer una relación de igualdad y valorar lo que nos pueden enriquecer. Porque nosotros no somos los expertos y ellos los que no tienen nada que aportar, ya que ellos son especialistas en su familia, y en cómo se establecen y relacionan, es decir, ellos tienen un papel fundamental en la educación de nuestros alumnos, al igual que nosotros lo tenemos en la educación de sus hijos.

 

En conclusión, considero que se deben tener en cuenta todas estas aportaciones, y que a la hora de evaluar no nos fijemos solo en si se han reducido o no las conductas disruptivas o los conflictos dentro de la convivencia, sino que también se evalúen las percepciones de los docentes, de los alumnos, de las familias…porque tal vez, el cambio se dé a largo plazo y no se pueda evaluar un programa justamente al final de un curso escolar. Puesto que como he dicho, creo que es importante un cambio de concepciones y estos, llevan tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

 

ü  E. MARTÍN, I. FERNANDEZ., S. ANDRÉS, C. del  BARRIO Y G. ECHEITA (2003) La intervención en los centros escolares: mejora de la convivencia y prevención de conflictos. Infancia y aprendizaje, 26 (1), 79- 85

ü  SMITH, P.K., SHARP, S. ESLEA, M & THOMPSON D. (2004) England: The Sheffield Project. En PK. Smith, D. Pepler &k. Rigby: Bullying in chools: How Succesful can interventions be? Cambridge, RU: Cambridge University Press